lunes, 7 de marzo de 2016

Magia oscura.

He escrito cientos de poemas y aún así
no es nada, para llenar el vacío que hay en mí.

Sueño con la felicidad
y sólo
a veces,
soy capaz de rozarla
con la yema de los dedos.

Que miro al cielo
para que el sol me inunde con sus rayos de sol
y que se me aclaren las ideas;
-y tonta de mi-
no me doy cuenta
de que pronto se hace de noche,
y las ideas cambian.

Todo lo que creía realidad
es simple
imaginación, la de los cuentos de hadas
-donde la magia irradiaba.-
los que mamá me leía cada noche
para que me durmiera en un mundo
de fantasía.

Y así hice,
cerré los ojos y me dejé elevar por la magia,
sin saber
que la caída
iba a ser toda la realidad
plasmada
en un corazón hueco
roto
en mil piezas

imposibles de colocar.

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