no siento la vida ya
ser mía.
Encontré el cielo, en tu cadera
entre caricias y versos
entre besos y miradas
al son de una canción de Sharif
a ritmo de Zoo
a noches teniendo de fondo Tiempos de Cambio V
a una madrugada entre palabras
y sábados rozando cualquier césped.
Tú, mi cielo.
Donde puedo dejarme y acabar entre plumas
con las que día a día
haces de ellas
mis propias alas y ser como tú,
un Lucifer con buen corazón
a pesar
de que mi cabeza sea la jaula.
Mientras me mata la cobra de Cleopatra
entre tus brazos
sé que cuando despierte
seré libre; por que mi cielo particular
es despertándome a tu lado
sabiendo
que me vas a estar viendo mientras duermo
esperando a que abra los ojos,
para decirme que mis ojos son la luz
de cada mañana.
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