Hiciste de mi coño París,
y de mis piernas Haití
-Haciendome temblar-
Hiciste de mi, un Amazonas;
De su fauna salvaje,
Llegando a convertirme
En una pantera que te arañaba la espalda
Y te rugia al oído.
Me hiciste Roma,
O al revés, el Amor
Hiciste de mi un Londres particular,
Donde no dejaba de estar mojada.
Hiciste, que cerrara los ojos mientras me follabas y que viera, por segunda vez -en el mismo polvo- la aurora boreal, como la ven los noruegos, pero yo, la vi en tu pecho.
Hiciste que me sintiera Atenea, la diosa griega guerrera, pero a mi me hiciste hacer la guerra en tu cadera.
Hiciste que el frío de Rusia me invadiera, al irte por esa callejuela,
La soledad la Sáhara al no tenerte cerca.
Hiciste de mi, un mundo,
En solo unas horas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario