Siento no ser capaz de
romper las cadenas
de no tener la fuerza
interna para liberarme
y volar por tus alturas,
es que nunca he sido de altos
vuelos.
Y estoy sola en mi jaula,
cantando a pleno pulmón
sobre la libertad que se ve
entre las rejas,
pero sigo sin notarla,
entre mis manos.
Y te veo a ti,
con tus grandes alas,
que me tiendes tus manos
entre las rejas,
llenándome de pajaritos la
cabeza con ansias de volar,
de que volemos juntos de la
mano
que tu me ayudas.
Y yo, te asiento con la
cabeza,
con mis alas rotas
y mis grilletes en las
piernas,
que mi cabeza es la que
manda
aunque el corazón quiera,
y que soy una cobarde
y un pésimo ángel.
Que aquí sigo encerrada,
que no soy como Lucifer y
sus 66 sellos,
que lo mío es peor.
Que aquí solo me libero yo
y
nadie más.
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