sábado, 6 de febrero de 2016

Tu ausencia permanente en mi.

Me he despertado con una resaca de la hostia
ayer debí pasarme con el whisky.
Quizá no debí beber tanto.

De anoche recuerdo un par de personas
un par de abrazos no-sinceros
y un par de risas por la vida.

Recuerdo llegar a casa,
vomitar mis mierdas llorando
a parte del alcohol,
comerme un par de galletas
e irme a dormir junto con tu ausencia.

Menuda mierda.

A pesar, de todo, la noche no estuvo tan mal.
Amigos, alcohol y pitillos.
Sólo faltabas tú,
aunque tu ausencia
en mi mente
se quedó conmigo
permanentemente.

Y pensaba, que en cada copa
te tendría más al alcance,
estuve a punto
de llamarte dos veces,
pero
cada vez que quería salía una canción
increíble y se me pasaba el mono de ti.

Sólo pensaba que cuando llegara a casa,
te tendría en cama,
durmiendo
y que me dirías que apesto a alcohol
con una sonrisa soñolienta.

Y volví, y vi que no estabas,
y yo
sola
me acosté en el lado izquierdo de la cama
acompañada de tu ausencia.


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