Me he despertado con una
resaca de la hostia
ayer debí pasarme con el whisky.
Quizá no debí beber tanto.
De anoche recuerdo un par de
personas
un par de abrazos
no-sinceros
y un par de risas por la
vida.
Recuerdo llegar a casa,
vomitar mis mierdas llorando
a parte del alcohol,
comerme un par de galletas
e irme a dormir junto con tu
ausencia.
Menuda mierda.
A pesar, de todo, la noche
no estuvo tan mal.
Amigos, alcohol y pitillos.
Sólo faltabas tú,
aunque tu ausencia
en mi mente
se quedó conmigo
permanentemente.
Y pensaba, que en cada copa
te tendría más al alcance,
estuve a punto
de llamarte dos veces,
pero
cada vez que quería salía
una canción
increíble y se me pasaba el
mono de ti.
Sólo pensaba que cuando
llegara a casa,
te tendría en cama,
durmiendo
y que me dirías que apesto
a alcohol
con una sonrisa soñolienta.
Y volví, y vi que no
estabas,
y yo
sola
me acosté en el lado
izquierdo de la cama
acompañada de tu ausencia.
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