De repente me hizo jaque mate
arrasando con mis peones,
mis alfiles
mis caballos
mis torres.
Todos destrozados bruscamente
exceptuando a mis reyes
que lo hizo despacio.
Doliendo
el doble de fuerte.
Primero, la reina
a base de besos de mentira;
y luego, al rey
olvidando el presente
deshaciendo el futuro.
Y aquí estoy, ante el tablero
descifrando su jugada
sin llegar a nada,
intentando recolocar cada pieza
con aguja e hilo.
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