pero con la pasión de Fiesta Pagana,
haríamos el amor formando de nuestros cuerpos
sintonías donde sólo tú y yo podríamos entender la letra.
Donde follar con Paradise City y seguirle el ritmo
no se compararía a las noches donde hacemos
de nuestra cama
el Amazonas.
Que la cama
es nuestra trinchera
y no hay mejor cobijo
que tu pecho, donde me salvas de nuevo,
de cada caída -de lágrimas-
y haces que sonría sin necesitar
apuntarme con una pistola a la sien.
Que verte sonreír es cabar mi propia tumba
y tu mirada,
mi renacer.
Mirarte es un bucle infinito de sensaciones
donde me pierdo,
donde vivo sin razón,
o con ella,
no importa, si somos dos
locos,
llamemosle así,
enamorados.
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