sábado, 23 de abril de 2016

Cuidado

Me tocaste y empecé a ser creyente
de tantas veces que invocaba a dios,
pero no del que todos hablan
sino del que reside en tu pecho,
en el lado izquierdo
que hace que me crezca,
que me crea diosa
y la reina de este jodido mundo de mierda.

Ese dios que me cuida en mis peores momentos,
que me llama en cada noche en la que lloro y me dice:
"Tranquila estoy aquí."
y joder, lo consigue,
consigue que cada día sea más fácil avanzar,
que sea la morfina de mi dolor
y que se clave en mi jodido corazón.

Se hizo mi hogar donde cobijarme cuando tengo frío,
que es el Sahara en medio de mi propio Polo Norte.
Que llegó, como si nada,
rompiendo barreras, escudos, muros
llegando a mi, abriéndose paso entre toda mi mierda,
la limpió, cogió hilo y aguja,
y me remendó.



domingo, 17 de abril de 2016

Son anécdotas nada más.

Que yo solo quiero
romperte los esquemas,
que te preguntes el por qué
de todo lo que pasé.
Que cada verso que marco
son dolores en las venas.

Que te montes
un mundo al revés
donde pienses
que yo todo lo sé;
y en realidad, yo no sé nada
solo he tirado la casa
por la puta ventana.

Que lo que vivo
son anécdotas nada más;
no es nada usual, ni son ganas de llorar.
Son ganas de gritar
son ganas de luchar
por pasar cada segundo
tirado en el mar, intentándote besar
con cada roce de tu mano
a tu lado

           al caminar.

domingo, 10 de abril de 2016

Gaiola.

Siento no ser capaz de romper las cadenas
de no tener la fuerza interna para liberarme
y volar por tus alturas,
es que nunca he sido de altos vuelos.

Y estoy sola en mi jaula,
cantando a pleno pulmón
sobre la libertad que se ve entre las rejas,
pero sigo sin notarla,
entre mis manos.

Y te veo a ti,
con tus grandes alas,
que me tiendes tus manos entre las rejas,
llenándome de pajaritos la cabeza con ansias de volar,
de que volemos juntos de la mano
que tu me ayudas.

Y yo, te asiento con la cabeza,
con mis alas rotas
y mis grilletes en las piernas,
que mi cabeza es la que manda
aunque el corazón quiera,
y que soy una cobarde
y un pésimo ángel.

Que aquí sigo encerrada,
que no soy como Lucifer y sus 66 sellos,
que lo mío es peor.
Que aquí solo me libero yo
y

           nadie         más.